Si no se realiza un buen mantenimiento de la lavadora, ello puede afectar a la calidad del lavado. Los siguientes pasos básicos ayudan a garantizar el buen funcionamiento y los resultados de la lavadora.

Lavados de mantenimiento:

Dos o tres veces al año debe realizarse un ciclo de lavado en caliente (máxima temperatura) con el tambor vacío y la cantidad de detergente adecuada para una carga normal. Este “lavado de mantenimiento” permite mantener la lavadora y las tuberías limpias y evitar la acumulación de suciedad, grasa y cal.

Lavadoras de alta eficiencia:

Debe usarse la dosis de detergente normal, puesto que el grado de suciedad y el número de prendas es el mismo.

Carga:

Una sobrecarga de la lavadora puede derivar en un lavado deficiente, dañar las prendas e incluso la lavadora. Con casi todos los tejidos, la colada no debe estar apretada y la carga debe ser muy inferior en los ciclos de lavado rápido/económico. Consultar el manual de instalación de la lavadora para cada caso.

Suavizantes:

Añadir el suavizante al aclarado final (añadir a mano o usando el dispensador de la lavadora). Si el suavizante y el detergente se mezclan, forman un residuo que no se disuelve y que se acumula en la lavadora en forma de depósitos blancos/grises, sobre todo en el tambor de las lavadoras de carga superior. La realización regular de ciclos de mantenimiento ayuda a eliminar los residuos, y la adición correcta del suavizante ayuda a evitar su acumulación.

 

Fuente: https://www.skip.com/es/lavar-ropa/consejos-de-lavado/cuidado-de-la-lavadora.html